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Análisis a propuesta de paridad de Chile Vamos: No mete la “mano en la urna”, pero no garantiza efectividad Luego de que la oposición se abriera a discutir la iniciativa, políticos y expertos salieron a comentar sus detalles, coincidiendo en que lo más relevante es que el tema ya se instaló definitivamente en el proceso constituyente. Los partidos oficialistas esperan avanzar con su postura en el Senado. Alex Moreno, El Mercurio.
Luego de semanas de negociaciones, incluyendo el congelamiento de relaciones entre la UDI, RN y Evópoli , Chile Vamos logró concordar junto al Gobierno una propuesta para incluir normas de paridad de género en el proceso constituyente, escogiendo la fórmula de lista cerrada para responder a esa demanda. Dicho mecanismo indica que los ciudadanos no votan por un candidato, sino que por un partido , el cual presenta a los postulantes en orden de precedencia y de forma alternada entre ambos géneros. Tras la elección, se otorgan los escaños a los más votadas, ubicando a un hombre o una mujer, dependiendo de quien encabece el grupo. Esa iniciativa se diferencia de la que fue aprobada por la Cámara de Diputados y que fue respaldada por todos los partidos salvo la UDI, la cual propone un sistema de lista abiertas -en el que los electores votan por personas y no por partidos- y que incluye mecanismos de corrección que favorecerían la elegibilidad femenina. Una vez conocida la postura del oficialismo, senadores de la oposición se mostraron abiertos a debatirla.
El presidente de la comisión unida de Constitución y Mujeres, Felipe Harboe (PPD), manifestó ayer que se deben “analizar sus efectos electorales, pero se valora que la UDI, al menos, ahora se abra a la paridad”. Asimismo, el líder del PS, Álvaro Elizalde , comentó que “es importante avanzar en base de lo aprobado”, pero advirtió que “eso no obsta que vamos a analizar en su mérito las propuestas”. La misma opinión planteó Jaime Quintana (PPD), quien dijo que “a lo único que me cierro es a no hacer todos los esfuerzos para alcanzar la paridad”. “A lo único que me cierro es a no hacer todos los esfuerzos para alcanzar la paridad” Jaime Quintana, senador PPD Sin embargo, también se alzaron detractores.
Desde el Frente Amplio, las presidentas de RD, Catalina Pérez ; y de Convergencia Social, Gael Yeomans , aseguraron que la propuesta de Chile Vamos “no asegura paridad, no asegura que el 50% de la población, que somos mujeres estén en el órgano constituyente”. La misma posición adoptaron las senadoras Yasna Provoste (DC) y Adriana Muñoz (PPD), quienes recalcaron que “las listas cerradas no garantizan paridad”. En tanto, su par Francisco Huenchumilla (DC) aseveró que la iniciativa de centroderecha “me produce profundas dudas y no estoy convencido”. Otro factor de duda fue introducido por el presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel), Patricio Santamaría , quien aconsejó a los parlamentarios que legislen de acuerdo a “la idiosincrasia electoral de Chile”, en la cual “las personas más bien tienden a votar por personas que por listas”. Los pro y contra En el análisis técnico, hay coincidencias entre los expertos.
De acuerdo al cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales , “la gran ventaja de la propuesta de Chile Vamos es que obliga a los partidos de presentar listas paritarias y con intercalación de candidaturas por sexo en un orden jerárquico”. “Los votantes deberán sufragar por listas de partidos, haciendo del voto un acto más programático que personalizado en alguna candidatura en particular. Además, este sistema no supone ningún mecanismo de corrección posterior al evento electoral, lo que en sí mismo es una ventaja “, añadió. A su juicio, “estas correcciones han sido criticadas porque suponen ”˜meter mano a la urna’ . Puede ser una crítica injusta, pero lo importante de todo esto es que existe un consenso respecto a que la futura convención debe ser paritaria, ese es el verdadero logro. Sobre el mecanismo, podemos discutir, pero acá hay un hito clave para Chile”.
Respecto a las debilidades, el experto electoral subraya que ” este sistema promueve pero no garantiza paridad , aunque en distintos escenario de simulación, casi se podría asegurar que ningún sexo tendrá una representación inferior al 40%”. “Este sistema, además, se aleja de la cultura política del país, aunque también es justo señalar que los mecanismos de corrección tampoco se acogen a esa cultura. Se necesitaría de un fuerte proceso de educación cívica para que la ciudadanía entienda que en lugar de votar por candidaturas individuales, deberá hacerlo por listas”, dijo. “Este sistema promueve pero no garantiza paridad, aunque en distintos escenario de simulación, casi se podría asegurar que ningún sexo tendrá una representación inferior al 40%”. Mauricio Morales, cientista político
En tanto, la cientista política de la Universidad Diego Portales y parte de la Red de Politólogas, Carolina Garrido , destacó que “las listas cerradas fortalecen a los partidos políticos y fomenta un voto programático. El problema es que en distritos chicos, que reparten entre 3 y 5 escaños, y con alta fragmentación partidaria no asegura paridad”. “La paridad además está asociada al mandato de posición, es decir, en qué distritos van a encabezar las mujeres. En este sentido, la propuesta del Gobierno promueve que ese encabezamiento sea por sorteo por distrito y por partido, lo cual aumenta la incertidumbre y, por tanto, sabemos menos si puede dar paridad o no”, añadió. Además, destacó que la indicación aprobada en la Cámara tiene dos ventajas. “No cambia la forma en que la ciudadanía ha votado hasta ahora y asegura un resultado paritario en los distritos pares y de equilibrio de género en los impares, por tanto sabemos que las mujeres tendrán un piso mínimo de 45% de representación y un techo de 55%. La propuesta del Gobierno no puede asegurar ningún piso “, detalló. Una propuesta “contracultural” Los expertos también advirtieron que las listas cerradas ponen todo el peso sobre los partidos políticos, los cuales han sido apuntados como uno de los principales factores a la hora de explicar las causas de la crisis social.
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