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Elite: sus conflictos internos y su compleja relación con la ciudadanía


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Columna escrita por Jorge Atria , Dante Contreras, Alfredo Joignant, María Luisa Méndez y Cristóbal Rovira.

Todas las sociedades tienen elites. Desde una perspectiva posicional, elites son todas aquellas personas que ocupan los máximos puestos de poder, y por tanto, tienen la capacidad de ejercer influencia decisiva sobre las decisiones que inciden en el funcionamiento de la sociedad.

Esto no implica que todas las elites sean necesariamente iguales. Por un lado, estudios internacionales han encontrado diferencias en el grado de homogeneidad de la elite, niveles de coordinación y probabilidad de que grupos específicos conserven posiciones de poder a lo largo de varias generaciones, limitando la rotación y diversidad de sus integrantes. Por otro lado, varias investigaciones plantean que en las sociedades actuales las elites tienden a distanciarse en sus percepciones y preferencias del resto de la población (e.g. Page et al., 2013), diferenciándose en temas clave relacionados con cómo debe funcionar la democracia y la economía, entre otros.

En el caso de Chile, diversos estudios plantean que el distanciamiento entre elite y ciudadanía es un rasgo estructural de nuestra sociedad que se explica en gran medida por los elevados niveles de desigualdad (e.g. PNUD, 2015). Para sustentar esta afirmación se utilizan múltiples evidencias, que comprenden patrones de segregación residencial y educacional, reproducción intergeneracional de privilegios y concentración de ingreso, todos los cuales contribuirían a desconectar a la elite del resto de la población, aislándola en un modo de vida que normaliza ciertas visiones de mundo. No obstante, la sociedad chilena ha sufrido importantes transformaciones económicas y culturales en las últimas décadas y, por tanto, nuevas visiones de mundo han venido ganando terreno en el país (basta pensar en la demanda feminista y en la creciente intolerancia hacia la desigualdad).

Sin embargo, la dificultad de analizar empíricamente a la elite impide contar con evidencia de primera fuente respecto a sus percepciones y preferencias. En consecuencia, se suelen atribuir determinadas actitudes y creencias a las elites, pero contamos con escasos datos concretos para confirmar la validez de estas suposiciones. Asimismo, no pocos diagnósticos presuponen la existencia de una elite monolítica, entendida como un todo homogéneo sin fisuras ni divergencias.

Con el propósito de examinar empíricamente estos supuestos, realizamos una encuesta a 420 miembros de la elite política, económica y cultural. La encuesta aborda 10 temas de gran relevancia en la sociedad chilena, tanto por su vigencia como por su potencial controversia en el debate político actual. Para analizar los resultados se consideraron no sólo comparaciones entre las tres elites, sino también, donde fue posible, las percepciones de la ciudadanía medidas en tiempos recientes por encuestas con representatividad nacional. Esto permite obtener impresiones respecto a la elite como un todo, comparar las percepciones y preferencias entre las elites y también entre éstas y la ciudadanía. A continuación presentamos algunos de los hallazgos más relevantes de este estudio COES a la elite chilena (Atria y Rovira Kaltwasser, 2021), el cual se puede descargar acá.

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