ICSO UDP

Hoy Chile no es un país


Medio:

Un país de 17 millones de almas que deja a 5 millones sin pensión, no es un país. Un país en el que sus políticos de oposición comprometen lo que no pueden dar, no es un país. Un país al que a un sí se responde con un no simplemente porque sí, no es un país. Un país al que no le importa su proceso constituyente, no es un país. Un país que no cultiva lo público, lo común, no es un país. Un país sin futuro, no es un país.

Hoy hay una gran tarea nacional, que no es del Gobierno de turno, no le corresponde a Piñera, para la que no sirven los chascarros ni las ironías, que ridiculiza al arraigado cinismo patrio, que no admite falsedades, idealizaciones ni fantasiosos propósitos. Hoy hay una meta para héroes contemporáneos, la mayoría necesariamente anónimos, como siempre ha sido y será. Hoy hay un bastón de representación que levantar, un discurso para guiar, una hoja de ruta que escribir, mirando solo hacia adelante, sin descanso. Hoy hay que crear ese futuro que no existe para millones de gentes desplazadas por la historia, migrantes y no, qué importa. Todos somos nómadas finalmente de algún modo, de alguna estirpe pasada, de alguna guerra perdida, de colores variados como el azúcar y la luz de los prismas que enceguecen, como ciegos estamos en el momento presente.

Hoy hay adversarios políticos, vecinos antipáticos y odiosos, pero nada más. Hoy el enemigo es otro. Es más adverso, más lábil, más venenoso, más eficaz y mortal. Debemos descubrirlo para saber qué “cresta” hacer, cómo pagar las pensiones que se han perdido, cómo evitar la miseria de una generación de viejos sorprendidos en su madurez por un revés inesperado, de cuchilla cortante hasta la vena cava. Hoy debemos pensar en términos de Estado, no de gobierno, no de brisa que corre ni de arena que vuela. Hoy, no mañana.

Mañana será pasado pronto, después de las vacunas, de las ollas comunes, del hacinamiento, de la no pensión y la neoesclavitud de trabajar hasta la tumba, del Chile isla nuevamente, pero isla hundida en el Egeo, de neo-Atlántida, algo que fue rutilante, un cadáver de jaguar, un puma demente en el psiquiátrico zoológico de animales disecados, sin regreso posible, pues en algún momento llegaron demasiado tarde y perdieron el tren, el avión, el satélite, la correspondencia, la llamada de teléfono, la experiencia del sentido de ser en el tiempo.

Quizás es tarde, ¿demasiado tarde?, y podemos simplemente dejar que llegue el frío de la larga noche. O también podemos sentarnos a pensar, a dialogar, conversando sobre lo que es posible hacer juntos, adversarios quizás, tensionados, con derecho a encabritarnos, a hacer aspavientos y proferir imprecaciones. Hoy es un momento que requiere generosidad, sin duda exigente para los más poderosos. Hoy es el momento de responder al futuro con una afirmación, llamando a su puerta, tomando sus oportunidades y desafíos, como país, es decir, unidos y diversos en el mismo cóctel. Hoy debemos dar la respuesta, no mañana.

Compartir esta página: