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Segunda vuelta en Perú: Los fantasmas que el fujimorismo y la izquierda despiertan en el país


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Las elecciones del domingo 11 de abril en Perú generaron un terremoto político en el país: el candidato Pedro Castillo ganó sorpresivamente con el 19,09% de los votos y se enfrentará en la segunda vuelta del 6 de junio a la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, que consiguió el 13,36%.

Así, el país se encuentra en medio una encrucijada debido a la polarización entre el antifujimorismo y la antiizquierda. El candidato de Perú Libre es un profesor de una escuela rural en Puña, Cajamarca, que durante la campaña planteó las nacionalizaciones de las industrias claves, en especial el sector minero y de hidrocarburos, así como la realización de un cambio constitucional que “proteja los derechos de los pobres”.

En el otro lado se encuentra Keiko Fujimori, quien por tercera vez intenta llegar al Palacio Pizarro. Ya trató en 2011, ocasión en la que perdió con Ollanta Humala, y en 2016 corrió igual suerte frente a Pedro Pablo Kuczynski. Respalda una economía liberal y se opone a reescribir la Constitución de 1993. Su campaña estuvo ensombrecida por el descrédito que sufrió como líder de la oposición al propiciar la caída del gobierno de PPK en 2018 -hito que para muchos en Perú derivó en la actual crisis que sufre el país-, como también por el paso de una temporada en prisión acusada de lavado de dinero al recibir aportes de la constructora brasileña Odebrecht para su campaña de 2011.

Para Nelson Núñez, que trabaja en una oficina en Lima, Keiko Fujimori “es una de las mayores responsables de las catástrofes políticas de nuestro país en los últimos años”. “¿Por qué le vamos a entregar el poder? Keiko Fujimori nunca será una opción. Si con Castillo tenemos muchas dudas, con Keiko tenemos certezas”, dice a La Tercera.

Nelson pertenece al sector que se conoce como antifujimorista, es decir, quienes no van a votar por la política de 45 años. El politólogo peruano de la Universidad Diego Portales, Carlos Meléndez, ha estudiado a este sector durante años. “No solo hay antivoto, es gente que rechaza en mente, corazones y en hígado el legado de Alberto Fujimori, y este porcentaje de personas tiene un piso que es de alrededor del 33%, es decir, un tercio del electorado. En sistemas colapsados como el peruano, más importante que las identidades positivas, son las identidades negativas, que es la gente que rechaza a determinados personajes, partidos o marcas partidarias”, explica a La Tercera desde Lima.

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