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¿Cómo pasará a la historia la década que termina en 2020?


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Redes sociales, crisis climática y el fin del “idilio liberal”: ¿Cómo pasará a la historia la década que termina en 2020? Para los analistas, el inicio del ciclo comienza en realidad con la crisis económica de 2008 y una de sus características es la de los movimientos sociales como respuesta de una ciudadanía que percibió un “retroceso del estado de bienestar”.

Fue el 8 de agosto de 2008. Ese día, luego de largos meses de especulación, finalmente los mercados estadounidenses colapsaron de forma drástica y estalló la crisis de las hipotecas subprime : aquellas que se concedieron a personas de escasa solvencia, con trabajos precarios, malas condiciones sanitarias e incluso carencia de seguros médicos. Chocó el crecimiento del mercado de la vivienda, que parecía un negocio rentable, con la realidad de quienes querían adquirir una y se les ofrecía la posibilidad, pero no podían realmente pagarla. Hasta ese punto es donde los analistas e historiadores trazan el inicio real de las características que marcaron la década que comenzó en 2011 y que termina el próximo año ; una década que estuvo marcada por fuertes crisis económicas y una respuesta ciudadana con matices que no se habían visto hasta entonces.

“El 2008 es cuando hay un cambio”, explica a Emol el historiador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), Manuel Gárate . “Es el fin del idilio liberal post caída del Muro de Berlín. Esos casi 20 años de estabilidad hacen crisis a partir de ese momento”, añade. Aunque fue la primera y la central, tuvo un efecto posterior que recrudeció la realidad de algunos países mediterráneos como Grecia, pero golpeó también a Latinoamérica e incluso Asia. Esa crisis económica y las posteriores marcaron el desarrollo de la década y, en la opinión del Premio Nacional de Humanidades, Agustín Squella , son “imputables a la desenfrenada codicia de algunos agentes económicos, a la ingenua o interesada desregulación de los negocios financieros, y a la hegemonía, variable según los países y los tipos de gobiernos, que ha ejercido el capitalismo reforzado por el neoliberalismo, que es mucho más que un conjunto de planteamientos acerca de cómo manejar la economía”. Pero todo lo que ocurrió en los años siguientes no tuvo solamente un carácter económico.

Consultados por Emol , cinco analistas intentan dibujar las características que definieron el ciclo que termina el próximo año. ¿Cómo pasará a la historia esta década? Un mundo despierto Dos imágenes locales: la primera, la Alameda atiborrada de estudiantes en 2011, en el inicio de un movimiento que impulsó grandes reformas en la materia y cuyos dirigentes hoy son diputados en el Congreso Nacional. La segunda es de 2019: la Alameda nuevamente llena, sirviendo como punto de encuentro para más de un millón de manifestantes en medio del llamado “estallido social”.

“El impacto generado por movimientos sociales cada vez más masivos fue central”, dice la coordinadora académica de la Escuela de Historia de la U. Diego Portales, Consuelo Figueroa. “El movimiento estudiantil de 2011, las protestas regionales como la ocurrida en Magallanes, las organizaciones ecologistas y sus reclamos medioambientales, el movimiento No + AFP, las cada vez más visibles luchas indígenas por tierras y derechos colectivos, el creciente apoyo a los movimientos feministas y disidencias sexuales, entre muchos otros, fueron corriendo el límite entre lo aceptable y lo inadmisible”, explica. “La culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”: La performance feminista chilena que dio la vuelta al mundo A su juicio, a los inicios de la década “todavía era posible criminalizar con facilidad este tipo de expresiones populares ””claro ejemplo es el de las comunidades mapuche”” hoy, para la mayoría, resulta inaceptable desatender las múltiples demandas que levantan estos movimientos”. “La antes reprochada y temida ocupación de las calles dio paso a una revalidación del uso de los espacios públicos como lugares de construcción de ciudadanía “, agrega. Pero no se trata solamente de un tema chileno. La imagen de las calles rebosantes de manifestantes se repitió durante la década en diferentes avenidas de distintos países y la causa está, para Gárate, en un “agotamiento de la idea de un modelo económico que repartía casi por chorreo” . “Las demandas aumentan mucho más que lo que los privados y el Estado son capaces de ofrecer.

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